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Tecnología

EL NANOMUNDO, UN MUNDO A NUESTRO TAMAÑO

La clave de una de las revoluciones tecnológicas más importantes de la historia puede estar en cosas tan pequeñas que sólo midan un nanómetro, es decir, una milmillonésima parte de un metro. La nanociencia, disciplina encargada de estudiar estas minúsculas porciones de materia, ha facilitado el avance de las nanotecnologías, que aplican los descubrimientos cientificos a todo tipo de soluciones prácticas. Materiales inteligentes, gafas que no se rallan, parabrisas que se limpian sólos, ropa que no se ensucia, etc… son sólo algunas de las aplicaciones que ya están en el mercado gracias a los avances de la nanotecnología.

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La nanociencia trabaja con elementos tan pequeños que sus propiedades son distintas a lo que se puede observar a simple vista. El oro, por ejemplo, es amarillo a nuestros ojos, pero las nanopartículas que lo forman son en realidad rojas. Conocer estos secretos y saber cómo aprovechar sus propiedades abre un mundo de posibilidades de estudio para los científicos, y ofrece una cantidad inimaginable de aplicaciones prácticas que ahora mismo nos parecen pura ciencia ficción.

Conocer y manipular estas diminutas partículas de materia es posible desde principios de los años 80, gracias al microscopio de efecto túnel, que se desarrolló en los laboratorios de la multinacional IBM, y al microscopio de fuerza atómica, que se inventó poco tiempo después. La posibilidad de manipular la materia a una escala tan minúscula, permite obtener propiedades totalmente diferentes de las habituales, abriendo una puerta a infinidad de aplicaciones prácticas para los más diversos sectores. Tal y como afirma el profesor de química del a Universidad de Harvard, Charles M.Lieber, “la riqueza del nanomundo acabará cambiando el macromundo”.

Según Jordi Pascual, director ejecutivo del Instituto Catalán de Nanotecnología, “las principales áreas de aplicación actuales son la búsqueda de nuevos materiales, más resistentes y más flexibles; la electrónica, que reduciría la medida de los chips y ampliaría su memoria; la medicina, posibilitando la creación de tejidos artificiales, mejorando los diagnósticos y las terapias; y la energia, que podría enconctrar nuevas fuentes menos contaminantes y más eficientes, así como nuevas formas de almacenaje energético”.

No se puede mostrar la imagen “//nasturianu.blogia.com/upload/externo-786721e68208c65e77ed953032593c69.jpg” porque contiene errores.Del laboratorio a la tienda.

Sin embargo, Pascual afirma que “la nanotecnología es todavía demasiado nanociencia”, es decir, que el tiempo estimado para la comercialización de los resultados tecnológicos es demasiado largo como para considerar que los avances de investigación están repercutiendo directamente sobre nuestras vidas.

Fernando Briones, profesor de investigación del CSIC, difiere en este punto y afirma que “muchas de las nanotecnologías podrían estar ya disponibles para su explotación por parte de las empresas que están en contacto con los laboratorios”. “Su retraso en llegar al mercado”, añade, “no se debe a largos procesos de desarrollo del producto, sino en muchos casos a la obvia necesidad de emprender cuidadosos y muy costosos estudios para garantizar la ausencia de posibles riesgos toxicológicos o de efectos secundarios, sobretodo en el ámbito farmacéutico, clínico o de biotecnologías”.

Tarden más o menos, la cuestión es que ya existen muchos productos comercializados que se benefician de la nanotecnología. Cuando ponemos un CD en un equipo de música, por ejemplo, las cabeceras de lectura y escritura del aparato utilizan diodos laser de Pozos Cuánticos(Quantum Wells) o incluso los más avanzados de Puntos Cuanticos (Quantum Dots). Del mismo modo ocurre con otros productos de consumo, como los cosméticos o la ropa deportiva, entre muchos otros, que son también fruto de la nanotecnología. Las previsiones apuntan a que en el año 2014 habrá un 15% de productos manufacturados que incorporarán nanotecnología, frente al escaso 0,1% actual.

//nasturianu.blogia.com/upload/externo-be32038a6161a804c54ca408b6ba190b.jpgSegún la OCDE, la proliferación de esta tecnología se realizará en tres fases. En primer lugar, la nanotecnología llegará al ámbito industrial, cosa que de hecho ya está sucediendo. En el año 2009 llegará a los mercados electrónicos, y un año más tarde abarcará ya los bienes de consumo.

Inversión gubernamental.

Según datos presentados por Pascual, “la estimación del volumen de negocio que puede generar la nanotecnología asciende hasta los 10.000 millones de euros en 2015”. Con estas previsiones, no es de extrañar que los gobiernos hayan iniciado políticas de fomento del estudio, la investigación y el desarrollo de nanotecnologías.No se puede mostrar la imagen “//nasturianu.blogia.com/upload/externo-302730e913adccad74d0184f6150c9cd.jpg” porque contiene errores.

El mapamundi de la nanotecnología se reparte actualmente entre cuatro grandes líderes: Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y Alemania. Ya en el año 2000 el entonces presidente de los EEUU, Bill Clinton, anunció la creación de la Iniciativa Nacional de Nanotecnología, que hizo ponerse las pilas al resto de países que veían como, una vez más, Norteamérica tomaba la delantera.

Ante esto, Briones alerta de que “estamos en la sociedad del conocimiento y sólo habrá una manera de competir y sobrevivir en ella en los próximos años. Los países más avanzados lo tienen claro: aunque siempre han dedicado grandes recursos a la investigación, están haciendo ahora un esfuerzo mucho mayor en desarrollarla significativamente, tanto en el sector público como en el privado, y por eso ya no podemos quedarnos con aquél absurdo del ‘Que inventen ellos!’”.